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Mudarse a una nueva ciudad es estresante y con muchas emociones,  en muchos niveles, pero más allá del estrés de la logística, el comienzo de algo nuevo trae consigo sentimientos conflictivos de ansiedad y estrés.

En estas últimas semanas, he tenido todas las sensaciones inesperadas. La lista que sigue ilustra el torbellino emocional que he experimentado como resultado directo de mi inminente aventura de vida.

Etapas y emociones que vives cuando te mudas

Quizás estás emocionado, o no sabes que sentir cuando ya te han ofrecido un nuevo empleo, maravilloso, pero en otra ciudad, sabes que tienes que cambiar de vida y también sabes, que no te será muy fácil.

Las emociones

Más allá de tu nueva vida profesional, tienes una ciudad completamente nueva que explorar; nuevas calles de las que enamorarte, nuevas rutinas en las que caer, nuevos restaurantes en los que convertirse en tus favoritos, y nuevos rincones del Medio Oeste de los que enamorarse. La novedad es emocionante, y no podíaa esperar a pasar página y comenzar el siguiente capítulo de tu vida.

Temor

Te das cuenta que las cosas que practicas en tu ciudad actual no son iguales a las que podrías encontrar en tu nueva ciudad,  si hay una posibilidad, si practicas por ejemplo: yoga,  habrá yoga en tu nueva ciudad, es una disciplina que puedes encontrar hasta en linea, nada que no se pueda arreglar.

Tenías tus rutinas, tus restaurantes favoritos y tus acogedor vecindario, y estabas dejando todo eso atrás. Es un poco aterrador. El terror puede alcanzar un nuevo nivel ese fin de semana mientras estabas en el almuerzo.

Ya tenias un círculo de amigos en esa ciudad y para cambiar ahora,  tendras que conocer gente nueva,  salir al parque nuevo,  hacer rutinas un poc distintas, en fin que algunas cosas pueden causar no terror, ni no temor, quizás miedo, pero así son son los cambios en la vida.

Después de todo no se debe renunciar por miedo o por temor a mejorar tu vida profesional y tu bienestar.

La duda

De la noche a la mañana te encuentras dudando si debiste tomar una nueva decisión y te haces algunos cuestionamientos como: ¿Era esta la elección correcta para mí? De repente, el trabajo y el apartamento del que me había quejado sin parar me pareció tan hogareño, tan correcto.

¿Por qué tuve que irme? Quizás sólo estaba siendo egoísta. Tal vez podría alcanzar todo mi potencial justo donde estaba.

Tal vez la comodidad era más importante que la aventura. La idea de moverse físicamente permitió que la duda invadiera aún más mi mente.

¿Cómo iba a empacar, mover y desempacar todo lo que había acumulado? Mudarse es una molestia, es fácil quedarse donde uno se siente cómodo

Entusiasmo aprensivo

Cuando comienzas a pensar en tus nuevas oportunidades y si las mismas han valido la pena, quizás converse un poco con tus amigos y familiares y comenzarás a no optar los cambios favorables que dará tu vida al mudarte.

Como no ha sido una decisión fácil, tampoco es fácil llegar a éstas conclusiones, y siempre recuerda a ti mismo: será para mejor vivir o para un mejor salario o por el tema de la superación.

Aceptación

La aceptación siempre llega, ,aun con miedo, aun con un poco de temor, lo desconocido siempre causa esas emociones.

Pero aún cuando hay todas esas emociones también llega la aceptación a las nueva vida y al cambio. Terminas por aceptar los retos futuros, una nueva vida te espera, un trabajo y mas gente que pueden ser tus amigos, los que ya tienes, no se van a desvanecer.

Haz tu mudanza tranquilo y seguro de lo que estás haciendo, con nuevas expectativas y sin miedo

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